FÁBULAS
En 1927 el marchante de arte y editor Ambroise Vollard encargó a Chagall la ilustración de las Fábulas de La Fontaine, que fueron editadas años más tarde por Tériade, en 1952.
La Fontaine, escritor francés del siglo XVII, es apreciado como uno de los más destacados representantes dentro de este género; sus Fábulas son consideradas una obra maestra de la literatura francesa.
Cuando Chagall ilustró estos relatos moralizantes, se sentía cercano a la tradición rusa, a los iconos y a los lubki, estampas coloridas pertenecientes a la cultura popular rusa que aparecían acompañadas de un texto sencillo y que se utilizaban tradicionalmente para instruir a las personas con escasa formación.
Además, le fascinaban los animales. Según su propio testimonio, había crecido en un pueblo y los animales formaban parte de su infancia y de su vida. Terneras, vacas, cerdos, ranas, zorros, gallos, hormigas… crean un imaginario mágico que refleja de forma impecable la fantasía y la ironía del escritor.
La Fontaine y Chagall, a pesar de pertenecer a épocas diferentes, tenían aspectos en común: el gusto por las tradiciones populares, la reflexión sobre el comportamiento humano y una desbordada imaginación. En este libro ilustrado, se crea, así, una profunda simbiosis entre la idea, el texto y la imagen.